El Tratado Internacional de Derechos de la Juventud y la educación de calidad

La educación es un derecho fundamental de todos los seres humanos. El acceso a la información, el aprendizaje de nuevos conocimientos, la alfabetización y el desarrollo de habilidades, son aspectos que garantizan la posibilidad de alcanzar una sociedad próspera y sostenible.

Por este motivo, la discusión acerca de los mecanismos de consecución de una sociedad con acceso libre a la educación se ha posicionado en la centralidad de las temáticas de desarrollo, protagonizando múltiples discusiones en el escenario político. En definitiva, la educación, aparte de ser un derecho, es el camino por excelencia para mejorar el estándar de vida y la calidad humana de tod@s.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que hasta el momento se han tomado para garantizar el acceso a ella, sigue siendo inaccesible para millones de personas en el mundo.

La necesidad de darle visibilidad a la educación surge de las alarmantes cifras que indican la carencia de este derecho en la actualidad. Según la información proporcionada por el portar de Naciones Unidas en el cumplimiento de los ODS, más de 265 millones de niños y niñas no están escolarizados, de los cuáles el 22% están en edad de asistir a la escuela primaria. Y, 617 millones de jóvenes en el mundo carecen de un nivel mínimo de alfabetización, de los cuáles en su mayoría no podrán desarrollar habilidades de aprendizaje fundamental.

Lamentablemente, la región de Iberoamérica no es una excepción. Algunas de las razones que explican este suceso en Iberoamérica, no siendo exclusivamente estos factores, pueden considerarse la falta de equidad entre la enseñanza público y privada; situaciones de exclusión y vulnerabilidad de poblaciones; el abandono prematuro de la escuela; la escasa formación del profesorado y los directivos; la falta de presupuesto estatal; y algunas políticas de reformas educativas que ponen barreras de acceso a ella, entre otras.

El mayor porcentaje de asistencia escolar lo lideran los países de Argentina, Chile y Costa Rica con un 45% de resultado de asistencia. Es decir, se encuentran por debajo del nivel medio de escolaridad. Respectivamente, los jóvenes de entre 15 y 19 años han cursado en promedio 8 años de estudios, de los cuáles el rango de cursos en edades de 25 a 29 años asciende tan solo a 10 años, es decir, 2 años adicionales de estudios realizados entre los 19 a 29 años.

El documento de Nota País de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el panorama de la educación de 2017, ofrece información acreditada acerca de la estructura, financiación y desempeño de los sistemas educativos en los países que conforman la organización. En el mismo, reflejan la realidad de los sistemas de escolaridad de los países de Iberoamérica.

Como primer aspecto, cabe destacar las cifras positivas que demarcan los esfuerzos de los países de Iberoamérica en función de la mejora de la educación. Como se refleja en los resultados de 2005 a 2016, la mayor parte de los países iberoamericanos han experimentado una gran reducción en la proporción de jóvenes (25-34 años) carentes de una cualificación de segunda etapa de educación secundaria. Aunque aún no se alcanzan los niveles adecuados o esperados en esta materia, es importante destacar que ha habido avances importantes.

En adición, entendiendo que la comprensión de las temáticas de escolaridad no se puede vislumbrar a plenitud si se aborda como una variable independiente, es importante incluirle otros aspectos que lo determinan. Se destaca que a este respecto los países de Iberoamérica están profundamente comprometidos con la transversalización del Objetivo de brindar educación de calidad con el Objetivo de alcanzar la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer. Incluso, la relevancia es tan visible, que en la mayoría de los MANUD (Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo, modelo de aplicación por país de los objetivos de desarrollo sostenible) abordan la igualdad de género en 54 áreas prioritarias. Todos consideran la igualdad de género y cuentan con al menos dos áreas prioritarias relacionadas a ella.

Por eso, es de vital importancia mencionar que, en los países iberoamericanos, las mujeres representan entre un 52 % y un 57 % de los graduados en programas generales de la segunda etapa de educación secundaria, una cifra casi igual al promedio de la OCDE, del 55 %. Y, en suma, las mujeres están sobrerrepresentadas (con un 60 % de los nuevos ingresados) en los campos de la educación, la salud y el bienestar, tanto en los países iberoamericanos como, de promedio, en la OCDE (78%).

Finalmente, es de suma relevancia destacar los aportes económicos que hace Iberoamérica en esta materia. En su mayoría Los países iberoamericanos tienden a dedicar a la educación una proporción de su PIB ligeramente mayor al promedio de los países de la OCDE, con unas cifras que van del 5,8 % en Colombia y Portugal al 4,3 % en España.

Ahora bien, tanto como es importante destacar los avances en esta materia, también se debe construir un panorama regional acertado que refleje todas las facetas de resultados en relación con estos aspectos. Por eso, en esta segunda sección, se llevará a cabo una recopilación de cifras en los que la región está por debajo de la línea del promedio de estándares óptimos.

En primera instancia, el documento de la OCDE destaca que los jóvenes tienen una probabilidad de ser NI-NI (ni escolarizados, ni empleados) superior al promedio de la OCDE (15%): el 21 % en Chile, el 25 % en Colombia y Costa Rica, el 23 % en España el 23 % en México y el 18 % en Portugal. En síntesis, el porcentaje de NI-NI es entre 3 y 9 puntos porcentuales superior.

Así mismo, hoy en día, en la mayoría de los países de la OCDE los niños comienzan su educación mucho antes de los 5 años: el 78 % de niños de 3 años de los países de la OCDE están matriculados en la educación inicial. Sin embargo, los países de Iberoamérica con datos disponibles están un mínimo de 15 puntos porcentuales (y un máximo de 72 puntos porcentuales) por debajo de este valor: un 40 % en Argentina, un 60 % en Brasil, un 56 % en Chile, un 5 % en Costa Rica y un 46 % en México.

En general, en los países iberoamericanos los niveles educativos alcanzados responden a un patrón bastante diferente al promedio de la OCDE pues cuentan con una proporción superior de jóvenes (25-34 años) sin un título de estudios de segunda etapa de educación secundaria y una proporción inferior con un título de educación terciaria. El 43 % de los jóvenes de los países de la OCDE contaban con un título de nivel terciario, pero entre los ocho países iberoamericanos con datos disponibles, sólo España se aproxima al promedio.

Otros de los datos que determinan que la educación sea de calidad corresponde al número de estudiantes que asisten a un aula de clases. A lo cual, en Iberoamérica los profesores trabajan con clases más numerosas y es considerablemente superior al promedio de la OCDE de 15 estudiantes por profesor en la educación primaria y 13 estudiantes por profesor en la secundaria.

Al igual que la sección anterior, se destacan los valores de gasto anual de los países de Iberoamérica en esta materia. En general, el gasto anual por estudiante es de alrededor de la mitad del promedio de la OCDE entre la educación primaria y terciaria. En general, respecto al promedio de la OCDE, el gasto era cerca de un 20 % menor en España y Portugal, cerca de un 50 % menor en Brasil y Chile y entre un 60 % y un 70 % menor en Argentina, Colombia y México.

Si bien, en la anterior sección se destacan los avances en la unión de los objetivos 4 y 5 de los Objetivo, en este apartado se destacan los desafíos que corresponden la falta de escolaridad en el cumplimiento del Objetivo 8 respecto a la promoción del crecimiento económico sostenido inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. En materia de información respecto a los ingresos, los adultos sin estudios de segunda etapa de educación secundaria están más penalizados en el mercado laboral de los países iberoamericanos que, en promedio, en los países de la OCDE. En los siete países iberoamericanos con datos disponibles, los trabajadores de 25-64 años carentes de estudios de segunda etapa de educación secundaria adolecen de una desventaja en ingresos de al menos un 25 % en comparación con los que sí que

cuentan con estudios de dicho nivel; el promedio de desventaja en ingresos en la OCDE es del 22 %.

Es importante reconocer este aspecto ya que los graduados con estudios terciarios disfrutan de unos buenos resultados en el mercado laboral. Consecuentemente, en todos los países iberoamericanos, las tasas de empleo de la población de 25-34 años mejoran si se alcanza un mayor nivel educativo. De promedio en los países de la OCDE, las tasas de empleo de los jóvenes son 24 puntos porcentuales superiores si cuentan con un título de nivel terciario, en comparación con aquellos que carecen de una cualificación de segunda etapa de educación secundaria.

Se entiende que se han producido importantes avances con relación a la mejora del acceso a la educación y a la calidad de los métodos educativos de enseñanza en los tres niveles (primario, secundario y terciario). Sin embargo, es importante redoblar los esfuerzos para conseguir mayores avances en la consecución de los objetivos de educación universal. Para eso, los Estados de adscriben a nuevos marcos de cooperación internacional voluntarios, con el fin de estableces metas generales y reflejar el compromiso que tienen para incrementar los esfuerzos en esta materia. En términos de educación, los estados se han fijado metas de alcance en su compromiso con la Agenda 2030 de Naciones Unidas

Ya habiendo mencionado los Objetivos prioritarios que demarcan el desarrollo de los jóvenes partiendo de la base de la educación (el Objetivo 4 de Educación de Calidad; El Objetivo 5 de Igualdad de Género; y el Objetivo 8 de Trabajo Decente y Crecimiento Económico), es importante mencionar los esfuerzos realizado por los Organismos Internacionales en materia de juventud para el apoyo del cumplimiento de estos aspectos.

Como parte de nuestra preocupación y compromiso por erradicar estas barreras a la educación, la Convención Iberoamericana de los derechos de los jóvenes denominado el Tratado Internacional de Derechos se nutre de múltiples artículos que evidencian el compromiso que tienen los países y líderes de Estado en el cumplimiento de los estándares de desarrollo propuestos por los ODS, y en especial, del acceso a la educación.

Por eso, es importante conocer la sección del capítulo III respecto a los derechos Económicos, Sociales y Culturales donde se establecen: El artículo 22 Derecho a la Educación; Artículo 23 el Derecho a la educación sexual; Artículo 29 el Derecho a la Formación Profesional; Y el artículo 34 de Derecho al desarrollo. Los anteriores corresponden compromisos que adquieren los Estados para adoptar medidas adecuadas para garantizar la asignación de recursos humanos, técnicos y financieros y promover el derecho a la educación universal básica, obligatoria y gratuita para todos los jóvenes para así asegurar los niveles óptimos de desarrollo.

Algunos de los compromisos a los que llegan los Estados son:

  • Los Estados Parte reconocen su obligación de garantizar una educación integral, continua, pertinente y de calidad
  • Los Estados Parte reconocen que la educación es un proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida, que incluye elementos provenientes de sistemas de aprendizaje escolarizado, no escolarizado e informales, que contribuyen al desarrollo continuo e integral de los jóvenes
  • Los Estados Parte reconocen que el derecho a la educación también comprende el derecho a la educación sexual como fuente de desarrollo personal, afectividad y expresión comunicativa, así como la información relativa la reproducción y sus consecuencias
  • Los Estados Parte reconocen la importante función y responsabilidad que corresponde a la familia en la educación sexual de los jóvenes
  • Los jóvenes tienen derecho al acceso no discriminatorio a la formación profesional y técnica inicial, continua, pertinente y de calidad, que permita su incorporación al trabajo.
  • Los Estados Parte se comprometen a adoptar las medidas adecuadas para garantizar la asignación de los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para programas que atiendan a la promoción de la juventud, en el área rural y urbana, la participación en la discusión para elaborar los planes de desarrollo y su integración en el proceso de puesta en marcha de las correspondientes acciones nacionales, regionales y locales.

El llamado del siguiente artículo es a reconocer tanto los esfuerzos como los puntos frágiles de la región de Iberoamérica en materia de educación de calidad universal para todos. Son compromisos que deben llevarse a la práctica y deben encontrarse en la centralidad de todas nuestras acciones como agentes líderes de cambio. No debe ser un trabajo realizado netamente desde las instancias estatales, sino como un esfuerzo conjunto de tod@s.

Bibliografía

Grupo de Las Naciones Unidas para el Desarrollo de América Latina y el Caribe (2017). Apoyo De Los Equipos De País De Las Naciones Unidas A Los Gobiernos De América Latina Y El Caribe Para La Implementación De La Agenda 2030. Documento disponible en: https://undg.org/wp-content/uploads/2017/02/FSD-REGIONAL-REPORT-ESP.pdf

Marcelo Bernal (2010) La situación de la Educación en Iberoamérica. Universidad Católica de Córdoba, Argentina. Documento disponible en: https://core.ac.uk/download/pdf/41568548.pdf

OCDE (2017). Nota País. Panorama de la Educación 2017. Documento disponible en: http://www.oecd.org/education/skills-beyond-school/EAG2017CN-Ibero-America-Spanish.pdf

Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (2018). Informe indicadores y programas OIJ en Iberoamérica. Documento disponible en: https://app.powerbi.com/view?r=eyJrIjoiMzczYjA0MmYtNTE0NC00NmM1LThlYWItMDY0ODZjYWZjMGJiIiwidCI6IjVhZjI5OGI2LWExZWMtNGI0My1iZGVjLWU3YjUwNzAzMTczZSIsImMiOjh9

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2016). Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Una Oportunidad para América Latina y el Caribe. Documento disponible en: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

Imagen: Edvin Rolando Xona, Guatemala.